Desde su llegada al país, el
ganado normando se instaló en las más diversas condiciones, resistiendo los
climas más variados: fríos, cálidos, secos o húmedos. Las topografías
montañosas o planas de las regiones ganaderas colombianas, los sistemas de
manejo extensivos o intensivos, en praderas naturales o mejoradas, ofreciendo
altos rendimientos de leche y carne.
RUSTICIDAD
La fortaleza de sus aplomos le permite recorrer largas
distancias en busca de alimentos, especialmente en los terrenos pobres y
escarpados de muchas explotaciones extensivas de montaña. Además, posee una
gran resistencia a las enfermedades, lo que unido a lo anterior le confiere a
esta raza un gran poder de adaptación a nuestro medio.
Por su parte, la condición de raza mixta le ha dado una
gran capacidad de ingestión y de conversión de alimentos bastos, con una mayor
eficiencia en su transformación. Esto se traduce en una buena producción de
leche y carne, además en una buena resistencia a las enfermedades sobretodo en
los países tropicales. Cabe anotar que la raza Normando, con una producción de
leche equivalente, necesita menor cantidad de alimentos concentrados que las
razas especializadas.
LONGEVIDAD
Por sus condiciones raciales, las vacas Normando están
capacitadas para vivir en forma productiva un alto número alto de lactancias y
en promedio pueden alcanzar entre 7 y 8 lactancias en buena condición,
sobrepasando en algunos casos los 12 años de edad. La producción lechera máxima
se sitúa entre la tercera y la séptima lactancia, y es normal encontrar vacas
productivas de diez lactancias o más, lo que permite conservar excelentes
vientres durante largo tiempo. Al final de su carrera productiva, dada su
capacidad doble propósito, las vacas Normando tienen ventajas con respecto a
las demás razas lecheras, ya que recuperan pronto la condición corporal perdida
durante su lactancia y producen canales más pesadas, lo que aumenta los
ingresos para el ganadero al momento del descarte.
FERTILIDAD
Esta cualidad, bien exigida por los ganaderos, y
fundamental para toda explotación. La vaca Normando da, generalmente, una cría
por año. El promedio de intervalo entre partos es de 416 días y la duración
promedio de la gestación es de 284 días.
Adicional a esta cualidad, las vacas tienen una
recuperación post-parto más rápida, hecho que les permite una mejor disposición
para la producción lechera y una fácil preparación para la siguiente gestación.
En general, el 70% de las vacas quedan preñadas con la primera inseminación,
realizada al rededor de 55 días después del parto anterior. Cuando no hay malas
condiciones alimenticias, ni de salud o de manejo, este porcentaje puede
aumentar, y en todo caso el 95% de las vacas tienen preñeces con la segunda
inseminación o monta.
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